sábado, 13 de noviembre de 2010

Mandy


Alexander Mackendrick es un director especialmente dotado para el mundo de la infancia. Pero sin ñoñerías, ante todo es un director de cine. Y de buen cine


Mandy aparentemente es una película didáctica sobre los niños sordomudos. Pero Mackendrick no se detiene ahí. Mete el bisturí a fondo indagando en el matrimonio, la familia, la infancia, la educación, el amor posesivo, el amor desapegado, los celos, la envidia, la soledad, los chismorreos, la comunicación, la vocación, la renuncia...
No sólo eso. El uso que hace de la imagen y el sonido en esta película es de una especial delicadeza.

David Ribet